jueves, 9 de octubre de 2014

Alzado Vectorial

Alzado vectorial es un proyecto del artista mexicano Rafael Lozano-Hemmer que ha sido repetido hasta ahora en cinco ocasiones: la primera, en 1999 en México para celebrar la llegada del nuevo milenio. La segunda, en Vitoria (2002), en Lyon (2003), en Irlanda (2004) y, finalmente, en Vancouver (2010) con motivo de las olimpiadas de invierno. Este artista es conocido por sus trabajos que fusionan arte y arquitectura. Utiliza las nuevas tecnologías y la posibilidad de interacción que estas ofrecen para construir instalaciones con un aire fantasmagórico y surrealista. Sus obras le han merecido numerosos premios, entre ellos 2 premios BAFTA. Actualmente, además de sus exposiciones permanentes, expone hasta 2015 Draft of Shadows en el Bildmuseet de Suecia. Esta instalación también contiene unos grandes elementos de interacción con el visitante, que se convierte en una pieza más de la obra.

No obstante, la obra que nos concierne ahora, era interactiva desde casa. Durante dos semanas, a través de la página web destinada al proyecto, personas de todo el mundo podían diseñar una combinación de luces proyectadas desde los 18 cañones dispuestos alrededor de la plaza del Zócalo, en México.

México (2000)

La instalación mexicana contó con más de 800.000 visitas desde 89 países diferentes, la que más éxito tuvo de las cinco que se montaron en total a lo largo de los siguientes 10 años. 
Los diseños que la gente introducía duraban aproximadamente 8 segundos y había un máximo de 7000 diseños por día. La tecnología que permitía esta instalación está detalladamente explicada aquí.

Las esculturas de luz podían observarse en un radio de 15 kilómetros y todas las secuencias eran capturadas desde diferentes webcams situadas alrededor de la plaza. Cuando alguien introducía la combinación se le asignaba un código, de forma que después podía buscar fácilmente en los archivos de la webcam su creación una vez emitida. También formaba parte de la instalación una pantalla gigante que mostraba el nombre del creador de la secuencia de luces que se estaba proyectando en ese momento junto con la dedicatoria con la que podías acompañarlo. De esta forma, los usuarios se convierten casi totalmente en los autores de la obra. 

Aunque la interacción sea mínima (al fin y al cabo, solo son 8 segundos de haces de luz), la sensación que otorga el saber que miles de personas lo están viendo en ese momento le da una gran relevancia. Si bien es cierto que en cuanto a espectáculos de luces hay otros mucho más impresionantes (como los fuegos artificiales) pero no tenemos la intervención del espectador que se convierte en artista, aunque su conocimiento fuera mínimo, cualquiera podía ponerse al mando de las luces durante 8 segundos. El funcionamiento de las cuatro instalaciones posteriores era prácticamente idéntico al de su antecesora. 

Vancouver (2010)
El propio artista habla de varias referencias a la hora de crear este proyecto, como por ejemplo  Clickspace de Stadtwerkstatt (Austria, 1998), en el que las personas podían interactuar con unos módulos de luces situados en varios edificios de la ciudad de Linz. Algo parecido fue Light on the Net" (1996), de Masaki Fujihata, en el que se podían encender y apagar bombillas de un edificio de Tokio a través de Internet. 
Aún más anterior es Tower of Winds (Toyo Ito, 1986), aunque en este caso la interacción no proviene de los usuarios, sino que unos dispositivos almacenan la información de las condiciones meteorológicas a las que la torre se ha visto expuesta durante el día y lo transforma en luces durante la noche. 


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