lunes, 1 de diciembre de 2014

Declive del net art y nuevas formas de "arte" digital

Las perspectivas actuales del net art están muy lejos de aquellos primitivos mensajes codificados que recibía Cosic. Actualmente la mayoría del “net art” (realmente ya no tiene su esencia y probablemente no deberíamos llamarlo ya así) que se produce es dentro del marco institucional. La proliferación de las redes sociales ha hecho que deje de ser un arte marginal, y la misma corriente que lo empuja a la sociedad lo convierte en algo más “estético”, perdiendo así prácticamente toda su identidad como net art, pues recordamos que estas obras raramente se encaminaban a ser bellas estéticamente. Pese a que algunos net artistas, como Olia Lialina (en 2009), se resistían a aceptar que el net art estaba muerto, otros (como Bunting y Cosic) eran plenamente conscientes de que la naturaleza del arte es evolucionar y que el net art no es eterno; precisamente, una de sus características esenciales era su fugacidad. Dominios típicos net artísticos, como äda’web o Rhizome, se vendieron hace muchos años ya a instituciones reconocidas, como el Walker Art Center. Y muchos más dominios del net art que hoy en día siguen en venta, como 7-11.org.

En España, por ejemplo, el colectivo La Fiambrera Obrera lleva casi 5 años sin dar señales de vida en su página web oficial. Su página de Facebook apenas ha tenido movimiento ni cuenta con seguidores. Reclaim The Streets sí que cuenta con algo más de visibilidad (906 Me Gusta) pero hace casi un año que no lleva a cabo ninguna acción. Indymedia, ubicado en Barcelona, hace ya años que ha dejado de lado la faceta más net artista y ahora se ha convertido en un colectivo más. Todos estos movimientos, que contaban con una fuerte carga de reivindicación con algún componente net artísticos, han cesado considerablemente su actividad. Si bien el Net.Art nunca ha sido un arte de masas, es innegable que encontraba su público, especialmente durante el período heroico. A día de hoy, las obras que alcanzan cierta repercusión son todas las que se encuentran en la lógica comercial. Buen ejemplo de ello es el autor alemán Rafael Rozendaal con sus obras de Net Art valoradas en 6500$; otro caso es el de Buy Real Internet Art, de Fabien Mousse.

Instagram App.
La popularidad del Net Art ha recaído sobre una de sus vertientes, la que simplemente afecta a la interactividad, lo que ha llevado al desarrollo de proyectos como “The Wishing Wall” (Mar Canet; Varvara Guljajeva, 2014). Como dice el autor de @Horse_ebook (proyecto nacido en 2010 a través de Twitter), Jacob Bakkila (Directivo creativo de BuzzFeed): “Cuando las máquinas nos sorprenden, las tratamos como ídolos místicos”. El net art que sobrevive en nuestros días es el que deja a las personas asombradas porque, a pesar de convivir con máquinas todos los días, tienen muy poco conocimiento sobre las verdaderas capacidades de estas. El problema es que cada día las personas gozan de mayor interactividad en la red, gracias a las redes sociales y aplicaciones fotográficas como Instagram o Pinterest, que a su vez contribuyen a que los usuarios se interesen más por un arte fotográfico antes que por un arte comprometido como lo era el net art.

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