Antiguamente, las creaciones eran concebidas como
obras originales, y una copia, aunque estuviera bien ejecutada, no se
consideraba arte. Se pensaba que dejar de pensar las obras como algo único sería
el fin del arte. Sin embargo, hoy en día, el arte es reusado y es una
colaboración entre lo pasado y lo actual, el individuo y el colectivo, etc. La
copia ya no es algo menospreciado, sino que es consecuencia de la evolución del
concepto de originalidad, que se ha convertido en libertad.
En el caso del Net.Art, Internet ha permitido la
expansión del arte, y la copia de las obras es lo que permite su durabilidad y que
su reconocimiento sea mayor. Por ello, los netartistas suelen apoyar esta idea
de plagio y copia, pues es la razón de ser de las obras, sin ello, no llegarían
a todo el público. El Net.Art ha conseguido crear un vínculo comunicativo entre
los artistas y los usuarios, basado en la colaboración.
La ley del Copyright, con el paso del tiempo, no se
ha adaptado a los cambios, por lo que las restricciones han hecho disminuir la
libertad del público. Hay una brecha, muchos aspectos del arte presente no
están abarcados en la ley, por lo que es una ley obsoleta. En la Antigüedad,
las obras se copiaban a mano, incluso se modificaban con el consentimiento del
autor, para poder expandir la información. Después, con la aparición de la
imprenta se produjo la producción masiva, y para regularla, surgió el Copyright,
cuya intención era la libre circulación de información. Con las nuevas
tecnologías, tenemos acceso a todo tipo de información, pero la base del Net.Art,
que es la copia y modificación, no está permitida, es decir, su característica
más apreciada es la que está legalmente prohibida.


Existen comunidades que se dedican a ayudar a la
expansión de obras. El artista sabe que su obra no se la está adueñando otra
persona, sino que está colaborando para crear arte libre. Al fin y al cabo,
todo artista tiene referentes en los que se basa. Las comunidades anticopyright
más importantes se basan en contratos libres. Destacan Copyleft y Creative
Commons. Sus objetivos son la cooperación y la libertad, utilizando para ello
el software libre en lugar del software privado. Con el software libre es
posible la copia, modificación y distribución de obras, siempre y cuando se
reconozca al autor, no se use comercialmente y que su divulgación se base en el
mismo contrato.
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