jueves, 30 de octubre de 2014

We feel fine.

Si hay algo que ha traído consigo Internet es la facilidad que tenemos ahora de expresar nuestros sentimientos en público. Del ¿Qué estás pensando? de Facebook al ¿Qué está pasando? de Twitter, pasando por los estados de WhatsApp. Continuamente nos recuerdan que todo aquello que escribimos en Internet deja una huella detrás, una sombra de lo escrito que es imborrable y que nos acaba señalando. En 2005, Jonathan Harris y Sep Kamvar decidieron recopilar todos estos sentimientos esparcidos por la red en un mismo sitio, convirtiéndolos en datos demográficos sobre como se sienten las personas que utilizan Internet.
El sitio agrega cualquier frase que contenga "I feel" y recopila toda la información posible alrededor de esta frase (la fecha, el sexo de su autor, su edad, su localización...) y a partir de estos datos, genera otras variables que pueden ser consultadas (el tiempo atmosférico que había en ese momento, las noticias del día en un lugar concreto...). La interfaz está organizada de forma que puedas buscar cómo se sentía una chica de 25 años en la India en un día soleado.
Además, el proyecto está dividido en movimientos que te permiten visualizar las emociones de forma global y así tener cierta perspectiva ante ellas.

El primer movimiento, Madness, agrupa todos los sentimientos en partículas con formas geométricas y divididas en colores según el sentimiento, otorgando una visión general de todos los sentimientos, que no son individualizados hasta que no haces click sobre ellos, al igual que ocurre con las personas (hasta que no nos acercamos a conocerlas, solo tenemos una visión fragmentada de ellos y no podemos distinguirlos del resto).


En el segundo movimiento, Murmurs, las partículas caen del techo y revelan en una lista la frase que las acompaña, ordenadas en sentido cronológico inverso. Este movimiento permite ver tanto la disparidad de sentimientos como la similaridad de algunos.


El tercer movimiento se trata de una fusión de las frases y de una imagen que aparecía en el texto original, al que se ha llamado Montage. Al hacer click en la miniatura, la imagen se amplía y aparece el link a la ubicación de la frase. 


Los siguientes tres movimientos: Mobs, Metrics y Mounds permiten al visitante hacer una búsqueda específica de sentimientos, así como obtener gráficos y datos específicos del contexto que rodea cada sentimiento. 

El proyecto puede reinterpretarse de muchas formas. ¿Es excesiva la información que ponemos sobre nosotros mismos en Internet? ¿Cuánto puede perjudicarnos que se pueda rastrear a través de una página como esta un sentimiento que posteamos en nuestro blog personal? ¿Es realmente necesario que se utilicen plataformas como Twitter, Facebook o Instagram para compartir nuestras intimidades? 
Es innegable que la forma de comunicarnos ha cambiado de forma extrema durante los últimos 10 años, y no se puede negar la poética que hay en los sentimientos (que al fin y al cabo, son una de las bases de cualquier arte). Los propios creadores de We Feel Fine declaran su intención de hacer «que el mundo parezca un poco más pequeño». Los sentimientos están por encima de las barreras raciales, ideológicas o religiosas, son comunes para todas las personas y los datos de la página remarcan esta característica. No importa lo diferente que te sientas de una persona que vive a mil kilómetros de ti, que vota a un partido diferente o que tiene otra religión; es muy probable que las sensaciones que te produzca un día nublado o que las inquietudes de la adolescencia sean las mismas. 


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