domingo, 9 de noviembre de 2014

Restauración de una obra

Como hemos hablado con anterioridad, una de las cuestiones más difíciles de responder en cuanto al Net.Art es el tema de la conservación de las obras de arte, arte que sufre una rápida obsolescencia, debido principalmente a la rápida evolución del medio en el que se desarrolla. Aunque no es la obra lo que envejece, sino los soportes en los que se lleva a cabo, cuyas actualizaciones llegan un momento que no permiten visualizar esas obras realizadas en versiones anteriores.

Un ejemplo de una obra obsoleta que ha sido restaurada es “The World’s First Collaborative Sentence” (1994) del estadounidense Douglas Davis. Los conservadores del Whitney Museum de Nueva York fueron los encargados de llevar a cabo dicha restauración.

Esta obra era una exhibición monográfica encargada por el Lehman College Art Gallery y fue uno de los proyectos más importantes del año 1994. Para el desarrollo de “The sentence” era imprescindible la participación de la gente a través de Internet, es decir, la colaboración de un colectivo, siendo así una obra dinámica y no estática, además de cambiar la definición de autor tradicional. Debido a esto se trató de uno de los primeros proyectos que utilizaron esta técnica para su creación. Era una de las primeras obras de este arte de Internet y se hizo muy relevante debido al grado de participación y crecimiento que tuvo: llegó a tener más de 200.000 participaciones y en 12 idiomas.

Conforme se iba actualizando el soporte informático, “The Sentence” comenzó a tener dificultades para funcionar (había enlaces rotos, códigos obsoletos y los textos no eran totalmente legibles) hasta que en 2005, el proyecto quedó inoperativo, en el sentido en el que no se podía seguir colaborando, solo leer lo que ya estaba publicado.

Finalmente, en 2012 comenzaron los trabajos de restauración de esta obra. Se utilizaron los códigos informáticos del proyecto original para crear dos versiones: una que sería la histórica, donde aparecen todo el contenido realizado hasta el momento de quedar inoperativo; y la versión “funcional o live”, la cual permite continuar con el desarrollo del proyecto. La versión histórica puede visualizarse con navegadores antiguos y los enlaces rotos han sido cambiados por otros alternativos.


Tras esto vuelven a surgir todas las cuestiones en torno a este tema que ya hemos comentado en entradas anteriores. Es muy complicado recuperar todas las obras que ya han quedado obsoletas, pero la pérdida de éstas se produce en detrimento de la cultura. El avance del medio hace que los archivos digitales no sean como los físicos, ya que éstos últimos, por muchos años que pasen, no desaparecen así como así, no necesitan adaptarse a la evolución de ningún medio. Lo que es evidente, es que la conservación es posible, aunque no se sabe hasta qué punto.

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